jueves, 12 de marzo de 2009

Productividad laboral


El capital humano y la empresa feliz

Tomado de http://loarregloen10minutos.com/2008/12/15/el-capital-humano-y-la-empresa-feliz/

Lunes, 15 de Diciembre de 2008

La elección de la felicidad en el trabajo

Hay cientos de estudios que demuestran que los trabajadores felices son más productivos. Aunque este es un campo cuya mayor responsabilidad de gestión y control dentro de la empresa, recae sobre el equipo de recursos humanos, también es vital la acción e influencia que puede llegar a ejercer el jefe en el día a día.

Uno de los acometidos que debe afrontar el jefe en la gestión de un equipo de trabajo, es el control de la felicidad de los recursos humanos. La experiencia en este campo y varias lecturas realizadas me han enseñado dos cosas:

  • La felicidad de un trabajador depende finalmente de sí mismo, es él quién elige finalmente ser feliz o no, pero se puede influir en la elección.
  • No se puede hacer a un trabajador feliz, lo que sí se puede es intentar evitar aquellas cosas que le hacen infeliz.

Bien, si esto es así, ¿qué influencia puede llegar a ejercer la organización o el jefe?. Aunque la elección final es del trabajador, el concepto felicidad es algo que atañe a todos: la organización, el jefe, el trabajador y los compañeros. Las interacciones entre estos elementos, son los que finalmente llegan a condicionar la elección final y no se deben ver como elementos abstractos. Estas interacciones no deben de estar basadas en acciones directas orientadas a mejorar la felicidad del trabajador, ya que no se puede hacer feliz a un trabajador, sino intentar evitar aquellos factores presentes en la organización o en la forma de trabajo que hacen minar la moral.

Para evitar estos factores, debemos escuchar a los trabajadores, detectar, analizar e intentar solucionar los problemas. Los 3 últimos puntos están claros, ¿pero, sabemos escuchar a los trabajadores? ¿qué se entiende por escuchar a los trabajadores?. Cuando cogemos esta frase y la aplicamos en el día a día, cometemos el error de orientarla a un sencillo “¿cómo estás? o ¿qué tal todo?”. De esta intentamos provocar que el trabajador se abra a nosotros y nos cuente todos sus problemas, ya sea en el trabajo diario o en las relaciones dentro de la organización.

Hay trabajadores que están esperando recibir esta pregunta para contarnos todos sus problemas, y en ese caso podremos actuar de un modo adecuado. Sin embargo, pasamos por alto que otras, una gran mayoría, no nos va a contar nada, simplemente contestará con un “Bien….”.

¿Realmente están bien?, ¿están realmente a gusto? o ¿no hemos hecho la pregunta adecuada?. Si queremos saber que es lo que está provocando que un trabajador esté descontento, debemos de tener cuidado al orientar las preguntas, evitar siempre hacer preguntas genéricas no orientadas. Esta tarea tan importante, la hacemos sin dedicarle el tiempo adecuado. Es necesario hacer un análisis del marco en el que está envuelto un trabajador y así analizar todos los elementos de riesgo posibles, elementos que pueden afectar a su felicidad.

Por lo general siempre recibiremos respuesta si hacemos las preguntas adecuadas, preguntas del tipo “¿qué tal responden los servidores? o ¿cómo te coincide el horario de comida?”. Con estas preguntas directas, si hay algún problema que el trabajador tiene localizado, le estamos invitando a entrar en una conversación y que nos los cuente.

De esa forma, provocando que nos cuenten sus inquietudes, problemas, contratiempos, etc…, podremos detectar los factores que están provocando descontento en el trabajador, y sólo conociendo estos factores podremos darles solución.

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