sábado, 28 de marzo de 2009

La amistad nos domestica...

Los estudios lo comprueban: las personas con amigos y amigas viven más años, se enferman menos y enfrentan de mejor manera los momentos difíciles de la vida.

¿Hemos olvidado el arte de "domesticar"? En un siglo de "relaciones express" (sean de compañerismo, de familia, de amistad o de pareja), es valioso encontrar la necesidad de "ser domesticados": de dejar que la otra persona nos enseñe a necesitarla un poquito, aún cuando eso nos de, a su vez, un poquito de miedo.

Es cierto, somos seres humanos completos que no deberíamos depositar nuestra capacidad de ser felices en las manos de otros... porque no podemos -¡ni debemos!- obligar a nadie a que nos quiera.

Pero qué triste sería la vida si nunca nos dejáramos "domesticar". Todas las personas significarían lo mismo para nosotros y nos perderíamos de las maravillosas y agridulces lecciones del amor. Cuando la amistad nos domestica, el amigo o amiga es igual a millones de seres humanos... pero a nuestros propios ojos, siempre será único en el mundo.

Antoine de Saint Exupery fue un escritor, de esos que no intentan impresionar con grandes palabras, pero que, a través de las décadas, continúa impactando a personas de todas las edades con sus grandes lecciones. En el video ajnunto, Gastón de Mézerville funde la voz privilegiada de Gerardo Gómez con uno de los relatos más entrañables en la literatura sobre la amistad: "El Principito".

1 comentario:

  1. también se puede encontrar este artículo en http://tinyurl.com/principito-alaia +)

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