Creatividad ante la Crisis
Licda. Claire de Mézerville López
Psicóloga
La creatividad es la capacidad de crear cosas nuevas. Jonathan Larson (1960-1996) escribió que “el opuesto de la guerra no es la paz… es la creatividad”. Esa idea tiene sentido: la inclemente capacidad humana de destruir puede encontrar su antídoto en el esfuerzo humano por generar ideas y darle vida a cosas nuevas.
La creatividad en sí misma, está ubicada en el hemisferio derecho del cerebro. Creatividad tiene como raíz el verbo “crear”: significa extraer, inventar, encontrar nuevos métodos para hacer las cosas de modo distinto. Ser creativos nos ayuda a buscar soluciones, a enfrentar los desafíos y a sacar lo mejor de las circunstancias difíciles.
Este año -y los años que vienen- se han empapado de la palabra crisis. La situación económica mundial, así como el pesimismo y la ansiedad a nuestro alrededor, han convertido nuestra actualidad en un escenario que nos obliga a estar constantemente buscando soluciones.
¿Cómo es que ser creativos puede ayudarnos en tiempos de crisis? Nuestra propia mente es el inicio más propicio: es importante analizar nuestras ideas, nuestras expectativas, nuestras atribuciones. Dos actitudes que se vuelven imprescindibles en tiempos de crisis son:
1. Asumir la propia vida con valentía y proactividad: Esta actitud podría resumirse en las siguientes ideas: “si hago mi mejor esfuerzo, las cosas mejorarán, porque soy capaz de ser una persona trabajadora y responsable, a la luz de mis valores y principios”.
2. Apertura hacia nuevas opciones: En tiempos difíciles se hace necesario reconsiderar nuestro estilo de vida. Ser creativos implica abrirnos a nuevas opciones para generar ingresos, mantenernos actualizados con respecto al panorama mundial sin caer en actitudes alarmistas, asumir un manejo renovado del presupuesto y, sobre todo, mantener la esperanza. Las crisis sacan lo mejor de las personas.
Algunas recomendaciones para fortalecer la creatividad:
· Juegue: la actividad lúdica libera endorfinas, nos ayuda a buscar soluciones con el hemisferio derecho del cerebro –que es el hemisferio del ingenio-, y se convierte en una buena práctica para despejar la mente y abrirnos a nuevas soluciones ante los desafíos. Involúcrese en alguna actividad deportiva, participe de juegos de mesa con amigos, arme algún rompecabezas, resuelva acertijos entretenidos, en fin, desarrolle alguna actividad que le permita reencontrarse con su niño (a) interior y que, a la vez, fortalezca al adulto que debe enfrentar el día a día.
· Conózcase a usted mismo (a): Identifique sus fortalezas creativas. Todas las personas somos diferentes. Algunos son matemáticos, otros son muy buenos con las palabras, algunas personas son muy emotivas o sentimentales, y otras son racionales y lógicas. Todas esas personalidades tienen fortalezas maravillosas que, con un poco de imaginación, pueden convertirse en una fuente de buenas ideas.
· Recupere su intuición: el siglo XXI se caracteriza por su avance científico y tecnológico. Sin embargo, es posible que estemos dejando de lado esa voz intuitiva que, sin mucha lógica, nos ayuda a tomar decisiones. Podemos recuperarla –o fortalecerla- mediante tiempos de soledad apacible (es decir, pasar períodos en los que, a solas, cultivemos nuestra vida interior), así como por medio de técnicas de relajación y de autocuidado. Es importante que no tomemos decisiones de manera precipitada. La intuición nos ayudará a abrir nuestra mente a esa inexplicable sabiduría humana que todos tenemos en nuestro interior.
· La realidad es incontrolable, pero la creatividad sí está en nuestras manos: muchas veces no podemos controlar los problemas esperables e inesperados. En muchas ocasiones necesitamos buscar apoyo en familiares, amigos o en apoyo terapéutico. Está bien pedir ayuda. No obstante, nuestra actitud y nuestra valentía para buscar soluciones creativas siempre está al alcance de nuestra imaginación.
· Retomando la esperanza: ¡la vida es inesperada, inclemente, maravillosa, sorpresiva, incontrolable! El ser humano tiene el don precioso de resurgir de las cenizas con mucha más fuerza. A veces nos sentimos abrumados por los problemas. A veces la crisis parece capaz de avasallarnos… pero, como bien dice el dicho, “la esperanza es lo último que se pierde”. En nuestros corazones y mentes está la capacidad de crear una vida mejor en tiempos de dolor o de dificultad. La vida no se detiene nunca… disfrutemos del viaje.